Desde su primera aparición en el siglo XVII, esta salsa esencial en la gastronomía francesa ha mantenido un lugar en la cocina hasta nuestros días. Destaca por su delicado sabor y una textura sorprendentemente sedosa, que la convierte en un recurso invaluable para dar consistencia a sopas y cremas, o para servir de base a una amplia gama de salsas o como complemento de innumerables recetas. Su versatilidad y sabor han conquistado los paladares a lo largo de generaciones.
Preparación:
En una cacerola grande, derrite 90 gr MANTEQUILLA (o 70 gr para las croquetas) a fuego medio. Opcionalmente, puedes añadir un poco de aceite de oliva a la mantequilla mientras se derrite al principio del proceso. Este truco evitará que la mantequilla se queme fácilmente y también le dará un toque de sabor y color extra.
Una vez que la mantequilla esté derretida, añade 90 gr HARINA (o 80 gr para las croquetas). Remueve constantemente con una batidor de varillas para formar una mezcla homogénea y sin grumos.
Poco a poco, vierte 1 litro LECHE en la mezcla, mientras sigues removiendo para evitar que se formen grumos.
Lleva la mezcla a ebullición a fuego medio-alto, sin dejar de remover para que no se pegue al fondo de la cacerola.
Una vez que la mezcla empiece a hervir, puedes bajar el fuego al mínimo y cocinarla a fuego lento. Añade una pizca de SAL y NUEZ MOSCADA rallada.
Continúa removiendo ocasionalmente para evitar que se formen grumos y para que reduzca hasta alcanzar la consistencia deseada aproximadamente en 12 minutos. La salsa debe espesar y tener una textura suave.
¡Listo! Ahora puedes utilizar esta deliciosa y versátil salsa blanca para preparar lasaña, canelones o croquetas. Disfruta de tus platos caseros y sabrosos. ¡Buen provecho!
Consejos para una bechamel perfecta:
Tal como hemos ido indicando en la receta lo más importante es mover constantemente para que no se pegue.
Si decides reservarla y no utilizarla directamente, es importante garantizar un enfriamiento perfecto utilizando film transparente. Asegúrate de que el film entre en contacto directo con la bechamel, cubriendo toda su superficie. De esta manera, la protegeremos del aire y evitaremos que se seque, garantizando que la frescura y la textura perfecta se mantengan.
¡Prepárate para llevar tus habilidades culinarias al siguiente nivel con nuestras recomendaciones que te ayudarán a hacer que cada receta sea inolvidable!